11 octubre 2009

Los Submarinos y la Gran Guerra.

Alemania trataba desde 1898 neutralizar al enorme poder de la marina británica, que había dominado limpiamente el mar durante dos siglos. Es por ello que Guillermo II pensó en construir una flota de riesgo que se pudiera enfrentar al poderío marítimo inglés.
Los submarinos cumplían la ventaja de ser más baratos y de fácil construcción para Alemania que los destructores Dreadnought que fueron la estrella en las batallas navales. Eran un arma totalmente nueva, experimentada durante el siglo XIX, ya desde 1913 los alemanes contaban con los primeros submarinos con motor Diesel, cuando en 1901 no tenían ningún submarino (Francia entonces contaba con 23 e Inglaterra con sólo 5). Cuando estalló la guerra, en 1914, los 28 submarinos de la flota alemana eran nuevos y de buena técnica, pero nadie tenia mucha idea de que hacer con ellos: la guerra submarina era inédita.
Hay que tener en cuenta que Francia tenía 36 submarinos pero que no los consideraba armas de ataque, sino como mecanismos de defensa costera y el poder de la marina británica, obligada por su insularidad, descansaba en los poderosos acorazados.
Todo cambia en 22 de septiembre de 1914, cuando el U-9 hunde los viejos cruceros británicos Aboukir, Hogue y Cressy en menos de dos horas y desata la euforia entre el almirantazgo alemán.
Así, el 8 de diciembre de 1914, tras la derrota de la flota alemana en las Malvinas frente a los acorazados ingleses, esta es replegada al Báltico y se decide responder con la guerra submarina dedicándose a hundir mercantes, tras los infructuosos intentos de entrar en la base inglesa de Scapa Flow.
Se considera que la campaña submarina se inicia en 1915 e implicó a unos 400 submarinos alemanes durante toda la guerra, de entre 700 a 900 Tn propulsados en superficie por dos motores Diesel de 1000 CV y 2 motores eléctricos de 500-600 CV para la navegación en inmersión. Solían tener 4 tubos lanzatorpedos con un alcance de hasta 7 km y periscopios de 8 m.
En 1916 se instalaron motores Diesel de 1200 CV y en 1918 de 1750 CV con lo que el radio de acción pasó de 1600 millas a 5 nudos, a las 2500 millas a 8 nudos.
Alemania contó con unos 130 submarinos minadores (UC) con 12-45 minas cada uno y otros de pequeño tamaño encargados de la vigilancia costera (UB).
A partir de 1916-18 aparecen los submarinos crucero alemanes que desplazan entre 725-800 Tn y por último, los cruceros submarinos de 1200-1900 Tn de desplazamiento (series U-139 a 141) capaces de las 10.000 millas a 7 nudos.
Por su parte, el imperio Británico fletó 175 submarinos de entre 355-500 Tn, con dos motores Diesel de 250 CV y dos eléctricos de 300 CV, capaces de 12 millas por hora en superficie y 10 en inmersión, es decir, diseñados expresamente para la defensa costera. Las pruebas que hizo con submarinos grandes, se centraron en la serie K de 2500 Tn y 24 millas de velocidad en superficie, a los que no llegó a dar ninguna utilidad práctica.
EEUU llegó a construir muchos submarinos de 300 Tn dedicados a su defensa costera e Italia fabricó pero de más pequeños todavía. Francia no se implicó en la guerra submarina, bloqueada como estaba a causa de la guerra terrestre de trincheras.
Temerosos de la entrada en guerra de EEUU, el gobierno de Bethmann-Hollweg no se decidió a la guerra submarina total, por ello cuando el 7 de mayo de 1915 un submarino alemán hundió el trasatlántico Lusitania muriendo 1500 personas, entre ellas estadounidenses, el alto mando alemán moderó los ataques de sus sumergibles ante la protesta del Gobierno Americano. Pero las presiones de la opinión pública alemana y el intenso bloqueo marítimo inclinó, el 1 de febrero de 1917, la balanza hacia la declaración de Guerra Submarina Total: esto es el ataque sin previo aviso de cualquier mercante neutral con suministros para los aliados.
El resultado fue el ataque de 150 submarinos que llegaron a hundir 540.000 Tn en febrero y 875.000 en marzo (uno de cada cuatro barcos con destino Inglaterra nunca llegaba a puerto).
Para frenar esta guerra total, la armada británica ideó toda una serie de medidas antisubmarinas: barreras de redes, navegación en zig-zag de los mercantes, creación de submarinos cazasubmarinos o el Asdic (sistema de detección por sonido) y las cargas de profundidad… pero sólo tuvo efectividad la formación de los largos convoys de mercantes protegidos por buques de guerra.

Nacho Padró
A partir de un artículo
de Gabriel Cardona.

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