24 octubre 2010

El Torpedo Whitehead: El arma del Diablo.

El torpedo Whitehead es el antecesor de los torpedos que conocemos actualmente. A mediados del siglo XIX, un oficial de Austria concibió la idea de emplear un lancha, cargada con explosivos impulsados por vapor o presión de aire y dirigidos por cables contra buques enemigos. Una vez muerto, antes de que haga público su invención, el anónimo trabajo llegó a manos del capitán Giovanni Luppis de la Armada Austríaca. Luppis había modelado una lancha conducida mecánicamente y dirigida por cables, su proyecto buscaba un torpedo "locomotor", es decir, que no fuera un arma "bala", sino un arma autopropulsada ya fuera por vapor o por medio de un mecanismo de relojería dirigido por el "tirador" que mediante esos alambres mantendría el arma en línea recta hacia el blanco. En 1865, Luppis, debido a los inconvenientes del proyecto, le encargó el trabajo a Robert Whitehead, un inglés que era gerente de Stabilimento Tecnico Fiumano, una fábrica en Fiume, Austria (ahora, Rijeka) y cuyos principales clientes era la Marina Austriaca. Whitehead, quedó impresionado por el potencial de tal arma y se determinó a hacer un torpedo, capaz de recorrer una razonable distancia debajo del agua. 

En octubre de 1866 estuvo listo el primer modelo, cuya patente para construcción fue vendida a Austria en 1867. Este modelo, hecho de acero y de 35,5 cm de diámetro, tenía una velocidad de 6 a 12 nudos para una distancia de 200 yardas (183 metros), impulsado por una presión de aire comprimido a 350 PSI y que pesaba unos 8,1 kg (18 libras). Paralelamente, el inventor ruso I. F. Aleksandrovskiy había diseñado también un torpedo móvil impulsado por aire, pero Rusia prefirió el modelo Whitehead.
Whitehead siguió desarrollando su invento y ofreció dos modelos más en 1868:
  • Largo, 11 pies 7 pulgadas; diámetro, 14 pulgadas; peso, 346 libras; carga explosiva, 40 libras.
  • Largo, 14 pies; diámetro, 16 pulgadas; peso, 650 libras; carga explosiva, 60 libras.
En ambos, la velocidad era de 8-10 nudos y alcance de 200 yardas. El precio era de 150 libras esterlinas para el pequeño y de 250 libras esterlinas para el modelos grande.

Comparación entre los diferentes Whitehead.
Para 1877, Whitehead había desarrollado modelos con velocidades de 18 nudos para alcance de 830 yardas y de 22 nudos para un alcance de 200 yardas, con una presión de aire de 1100 psi.
Whitehead volcó su inteligencia en el Secreto, un mecanismo para mantener al torpedo a determinada profundidad basado en una válvula hidrostática contrapuesta a un muelle, que se podía regular según la profundidad deseada. En 1875, añadió unas hélices que giraban en sentido contrario para que el torpedo se mantuviera derecho, pero no seria hasta 1895 en que se aplicaría el giroscoiop Obry Gear, con lo que conseguiría la precisión en el azimut (dirección) con lo que sus torpedos mejorarían extraordinariamente.
Reino Unido compró torpedos Whitehead en 1870 y al año siguiente compró los derechos de fabricación. Francia, Alemania, Italia y Rusia fueron los siguientes países que compraron estos torpedos, siendo Chile en 1877 y Argentina en 1878, los primeros en comprarlo en América. Whitehead ofreció a Estados Unidos venderle su patente en 1869 por 75 mil dólares y luego en 1873 por 40 mil dólares, rechazándolas en ambas ocasiones porque confiaba más en los torpedos que desarrollaba dentro de su país, pero en 1892 llegó a un acuerdo para fabricar cien torpedos Whitehead Mk 1 a un precio de 2 mil dólares cada uno.
Whitehead confesó haber vendido 1500 torpedos para 1880 a los siguientes países: Reino Unido, 254; Rusia, 250; Francia, 218; Alemania, 203; Austria, 100; Dinamarca, 83; Grecia, 70; Italia, 70; Portugal, 50; Argentina, 40; Bélgica, 40; Chile, 26; Noruega, 26 y Suecia, 26.


El primer uso de este torpedo fue en 1877 durante el Combate de Pacocha. Ese mismo año, durante la guerra Ruso-Turca, dos lanchas torpedearon al vapor turco Intibakh, pero el primer ataque exitoso a una unidad blindada fue en 1891 cuando hundieron a la fragata blindada de la Armada de Chile Blanco Encalada.

Nacho Padró 

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