03 marzo 2012

La Táctica de Grupos de Karl Dönitz

A pesar de las peticiones de los capitanes de corbeta Rose y Otto Schultz o con la primera petición del entonces capitán de fragada Bauer en 1917 que fue rechazada por el Alto Mando, las operaciones conjuntas entre submarinos alemanes nunca fue una realidad durante la Iª Guerra Mundial, cosa que colocaba a la armada submarina en clara desventaja ante la táctica de Convoys.
En 1935 Dönitz apoyado por su ayudante Godt, inicia el desarrollo de lo que  culminará con las famosas "manadas de lobos", con la flotilla submaina Weddigen, con el onjetivo de subsanaar esa deficiencia.
No fue fácil, se tuvieron que probar muchas variaciones tácticas ante enemigos más y menos rápidos, diferentes formaciones... o bien resolver importantes dudas prácticas como sobre quien recaída el mando del ataque (al Alto Mando, a un buque de tierra, a un submarino, a cual de los submarinos presentes...) o bien donde está el límite entre la Jefatura y la independecia del submarino... nada fáciles de resolver ante la novedad que suponían esas tácticas (¿cual es el número idóneo de submarinos y como deben posicionarse entre ellos para una mayor efecividad?).
Además habian los problemas técnicos de comunicación de datos, todavía algo anticuados (longitudes de onda, transmisiones de largo o corto alcance, uso de periscopio, códigos a usar... etc.

A pesar de todo, las primeras tácticas de submarinos en grupo se efectuaron en las grandes Maniobras quue la Fuerza Armada Alemana efectuó en otoño de 1937 siendo un éxito impresionante y ayudando al desarrollo desde el 1939 a la "táctica de grupos". Lo único que no quedó atado ni clarificado era si cabia la posibilidad de ejercer el mando desde el territorio nacional a pesar de estar el submarino a gran distancia.

Todas estas lecciones aprendidas, quedarian reflejadas en el  Manual para Comandantes de Submarinos y aún no siendo ningún secreto, a los aliados les pilló por sorpresa (así como el ataque nocturno en superficie de los submarinos, como se puede apreciar en un escrito del capitán Roskill en 1954.

Nacho Padró

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