26 junio 2012

La Armada de EEUU incorporó un nuevo y potente submarino de propulsión nuclear

(FNM) El 1º de junio pasado, entró en servicio el último submarino de ataque de propulsión nuclear de la clase Virginia, el USS “MISSISSIPPI” (SSN-782).
Con un costo superior a los USD2.000 millones, la nave de 7.800 toneladas, tiene una eslora de 114.9 metros, y una manga de 10.36 m. Su velocidad máxima supera los 50 km/h y puede sumergirse más allá de los 800 pies (245 metros).
Como submarino de ataque, el USS “MISSISSIPPI” está diseñado para desempeñar roles operacionales convencionales y no convencionales.
En sentido tradicional, el submarino puede conducir operaciones antisuperficie y antisubmarinas estándar con sus misiles de ataque Tomahawk (12 tubos de lanzado vertical), y sus torpedos avanzados MK-48 (cuatro tubos lanzadores de 21 pulgadas), así como con sus minas móviles desplegables.

El nuevo submarino, sin embargo, es también capaz de realizar operaciones que la mayor parte de sus predecesores no pueden cumplir. De particular significación es la inigualada y singular capacidad de operar sigilosamente en inmersión, con características que hacen extremadamente difícil su detección a través de las operaciones de colección de inteligencia directas.
La unidad está equipada con capacidades acústicas para limitar la detección de su firma, sistemas automatizados de reconocimiento de torpedos, y los más modernos sistemas de guerra electrónica, respaldados por sistemas de procesamiento y control de datos optimizados.
En suma, el nuevo submarino ha sido dotado con una gran cantidad de avanzados sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, para facilitar su empleo global en operaciones convencionales, asimétricas y de guerra irregular.  
El USS “MISSISSIPPI” puede operar en aguas poco profundas para apoyar operaciones de fuerzas especiales, transportando y desplegando Vehículos de Despliegue SEAL, así como sus propios minisubmarinos.
La capacidad para operar en las denominadas “aguas marrones” de áreas costeras hostiles, y la posibilidad de despachar vehículos submarinos de control remoto, convierte a la unidad en una efectiva plataforma clandestina para operaciones especializadas, particularmente para conflictos de baja intensidad, o para el desarrollo de misiones altamente sensibles y que requieren máximo velo.
Los reactores Virginia están diseñados para ser cargados una sola vez, con un abastecimiento de combustible para 33 años, que puede generar hasta 40,000  caballos para propulsión y la electricidad necesaria para el barco y sus 132 tripulantes.
El “MISSISSIPPI” es el noveno de los 10 submarinos del Bloque II de la Clase Virginia. Está prevista también, la construcción de otros ocho submarinos (Bloque III), con algunos cambios de diseño y nuevas tecnologías. 
Los EEUU cuentan actualmente con tres clases de submarinos nucleares de ataque (SSN). La mayor parte corresponde a los “Clase Los Angeles”, de 6.900 toneladas. Se construyeron 62 submarinos de este tipo, de los cuales hay 41 todavía en servicio. Armados con cuatro tubos de torpedos de 21 pulgadas, transportan 26 armas para esos tubos, ya sean torpedos Mk 48 o misiles crucero BGM-109 Tomahawk. Los últimos 31 submarinos de esta clase, incorporaron sistemas de lanzamiento vertical (VLS) Mk 45, que transportan otros doce Tomahawks. Si se construyera hoy, este último modelo de la clase Los Angeles costaría alrededor de USD 1.500 millones cada uno.
Con el propósito de reemplazar a la clase Los Angeles, se previó la construcción de 29 submarinos de 9.000 toneladas de la Clase Seawolf. Pero los Seawolf resultaron ser muy caros. Y solamente se construyeron tres. Fueron diseñados para la Guerra Fría, con capacidad para transportar 50 armas (torpedos, misiles crucero o misiles antibuques Harpoon) para ser lanzados con sus ocho tubos de 26 pulgadas. Los Seawolf eran más rápidos (velocidad máxima superior a los 60 km/h) y mucho más silenciosos que los Los Angeles.
Para reemplazar a los Seawolf no construidos, se diseñó la Clase Virginia. Se los concibió con la dimensión del casco de los de la clase Los Angeles, y con gran parte de la tecnología de la Clase Seawolf. Los submarinos de la Clase Virginia terminaron costando cerca de la mitad de los Seawolfs. Pero esto fue en gran medida posible porque los “Virginia” utilizaron muchas de las nuevas tecnologías desarolladas para la clase “Seawolf”.
Por Timothy W. Coleman
Adaptado al español por NUESTROMAR. Fuente: Strategypage; 11/06/12
22/06/12
FUNDACIÓN NUESTROMAR

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