Deep Quest: el prototipo de DSRV

Tras el hundimiento del SSN-593 Threster, la armada quiso poseer un DSVR (Deep Submersible Rescue Vehicle) encargo que se le hizo a la Lockheed. Su prototipo, que trabajó desde 1967 hasta 1980 fue el Deep Quest.

El Deep Quest tras ser retirado

Se caracterizaba por poseer una aleación de hierro-níquel llamada acero maraging que era 2,5 veces más fuerte, permitiendo un casco de presión de 2 esferas de 215 cm de grosor y 213 cm unidas por una escotilla de 67 cm de diámetro. Con todo ello, aún con 52 Tm, el sumergible de 12 m de eslora podía transportar a dos pilotos y 2 observadores hasta los 2700 m de profundidad.
Aunque prevista, no se colocó una cúpula en la torreta que debería facilitar las maniobras ni una escotilla trasera para el acceso a una cámara de presión para entrada y salida de submarinistas.

Inicio de la inmersión del Deep Quest

Con todo, contaba con el syntactyc foam para la flotabilidad, 2 propulsores de 7,5 HP a popa y proa y una bateria que le proporcionaba 230 KWh lo que le permitía navegar  a 3nudos.
Como ayuda a las misiones de rescate poseía 2 visores (un frontal de 9 cm de grosor y 2,7 de diámetro y otro inferior de 15 cm de grosor y 45 cm de diámetro), 2 manipuladores frontales con 7º de libertad, sonara ultrasónico CTFM (Continuos Transmision Frequancy Modulated), manómetros, girocompás, UQC (teléfono submarino para superficie), 4 cámaras de TV, cámara fija de 70 mm con luz estroboscópica y podían estar hasta 204 h en inmersión gracias a depósitos de oxígeno monitorizados y una eliminación del dióxido de carbono por medio de hidróxido de litio.
Curiosamente, siendo un vehículo de rescate, tenia muchos mecanismos para evitar tener percances: los navegantes podían contar con máscaras individuales de oxígeno y un depósito de emergencia así como baterías de emergencia y en caso de tener que recuperar la flotabilidad podían perder hasta 3000 kg de material, además de los depósitos natatorios, las baterías principales, los manipuladores y el mercurio de la nivelación.

Nacho Padró