24 agosto 2013

Sumergible con salida para submarinistas: el Beaver Mark IV

En 1961 la North American Rockwell ficha a Andy Rechitzen del equipo del Trieste para la fabricación de un sumergible para trabajar en plataformas petrolíferas e investigación oceanográfica, con la única condición de permitir la salida a buzos al exterior.
Para ello se construye un sumergible con 2 esferas de 2,13 m de diámetro (para dos tripulantes) conectada por un tubo con otra de 1,68 m de diámetro (para dos submarinistas), ambas con hierro HY-100, siendo capaz de descender a los 600m aunque los submarinistas no podían descender a más de 300. Con un tiempo de permanencia de 72 h.
La nave tenía 8 metros de eslora y pesaba 17 Tm. Para la maniobrabilidad tenia 3 propulsores de 5 HP, que le permitían navegar a 2,5 nudos, colocados en una formación de triángulo y pudiendo girar 360º. Además las hélices tenían 4 palas de 55 cm de diámetro.
Los submarinistas entraban y salían por la escotilla de 76 cm situada sobre una torreta y mediante un vaciado y llenado de agua del interior de la esfera pequeña se efectuaba los procesos de salida y entrada, la cual cosa provocaba pérdida de estabilidad que era compensada con un ancla de 40 kg.
Estuvo en funcionamiento desde 1968 hasta 1981, siendo su principal base la Base de Santa Catalina.

El Beaver Mark IV

Nacho Padró

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