31 mayo 2014

La mano robótica sumergible

La tecnología avanza a pasos de gigante. Es incuestionable. Sin embargo, todavía hay muchísimo recorrido en la investigación de los fondos marinos. Recientemente se han dado varios contratiempos, como el de este submarino teledirigido que explotó 6 millas bajo el mar de las costas de Nueva Zelanda, mientras realizaba una misión científica de la National Science Foundation de los EE.UU. O, sin ir más lejos, las búsqueda del vuelo malayo MH370 perdido en el Océano. Ambos casos han sacado a relucir las sombras tecnológicas en este campo que, por ahora, espera su particular Nautilus.
Unas cuantas leguas bajo el mar, las limitaciones son físicas y tecnológicas. El ser humano puede bucear hasta los 200 pies con ayuda de oxígeno, hasta los 2.000 pies con traje presurizado, pero más allá de ese límite se requiere un vehículo submarino. Ahí, entran en juego todo tipo de dispositivos. Sin embargo, se da el caso de que la mayoría de ellos disponen de pinzas -en lugar de manos- para recoger muestras. Una circunstancia que dificulta las tareas de manejo.
Para solventar este obstáculo, la US Navy lanzó a concurso, hace un año, un proyecto que consistía en reproducir una mano robótica que pudiera sumergirse. El ganador fue Bhargav Gajjar, director de la compañía Vishwa Robotics e investigador en robótica del MIT. A resultas del concurso, el científico tiene un contrato firmado con la US Navy para implementar la mano robótica en los próximo 3 años.
Tal día como hoy, me presenta un prototipo que cumple las mismas funciones. En el edificio de Cambridge, a tocar del MIT, que da cobijo a su oficina, Gajjar sacar a relucir la mano robótica de una bolsa de cartón de supermercado. A simple vista, parece un puño de Mazinger Z. Introduzco mi mano derecha y mis dedos dan con tres anillas para insertar tres dedos: pulgar, índice y mediano. Cada una se conecta a los tres dedos de la mano robótica que reproduce fielmente los mismos movimientos.
A su vez, Gajjar se enfunda la mano con más pericia y realiza todo tipo de movimientos como coger un bolígrafo, pinzar, abrir, cerrar y hasta manipular un taladro. "Un humano en el agua es como un pez fuera de ella, lo que hace falta es una mano con forma humana que sea útil en entornos hostiles como el fondo de los océanos y que se pueda manipular con la mente humana", señala.
Según el investigador, la clave de su invención es la habilidad con la que se maneja el aparato. Buena parte se debe al uso de un pulgar que resulta "necesario para manipular las cosas con destreza", añade. Mientras, en su explicación, pone sus dedos como una pinza y reproduce la difícil tarea de manejar objetos de esta manera.
"Este es sólo un prototipo para ver la parte mecánica", dice Gajjar acera de su mano robótica. El dispositivo final tendrá una parte electrónica con varias cámaras internas que captarán los movimientos de los dedos humanos y los transmitirán a los dedos robóticos.
De ahora en adelante, Gajjar afronta el reto de montar la parte electrónica pero, además, debe dar con la combinación ideal de materiales -acero y titanio, apunta- para hacer frente a las "situaciones extremas" en altas profundidades "como la corrosión, la presión o la falta de luz".
El investigador reconoce que ya existen otras manos robóticas que se usan en misiones espaciales, industria o como prótesis. "Sin embargo, estas versiones no están pensadas para ser empleadas a miles de metros bajo el mar. Y son mucho más débiles. El reto de crear una mano con forma humana y con mucha más fuerza es un reto de ingeniería de muy alta envergadura", subraya.
Asimismo, Gajjar se plantea el objetivo de mejorar la sensibilidad de la mano robótica "para que sea fuerte y suave a la vez". De este modo, añade que "me podría enfrentar a un tiburón pero también debo ser capaz de atrapar organismos submarinos y explorarlos con suma delicadeza bajo el agua".
Lo de primera persona no es para nada figurativo. Definitivamente, Gajjar se ha implicado en el proyecto de tal manera que se ha ofrecido voluntariamente para sumergirse con una escafandra, a la que se le aplicará la mano robótica, en las instalaciones de la US Navy en Florida. "Pero paso a paso, eso será el verano que viene", advierte con prudencia el científico.La mano robótica está pensada para ser acoplada a escafandras o vehículos submarinos que, por ejemplo, facilitarían la tarea de recuperar la caja negra del vuelo MH370 de Air Malaysia. "La mano robótica puede recogerla y cargarla hasta la superficie con toda la seguridad", dice el investigador.
Hay una clara vertiente de exploración submarina de la que Gajjar se muestra muy convencido. "No hace falta desembolsar enormes gastos para ir al espacio. Bajo el mar, y a tan sólo un kilómetro de profundidad, tenemos todo tipo de nuevas formas de vida por descubrir como peces, crustáceos o microorganismos".
Otras aplicaciones corresponden a la perforación de fondos marinos para extraer petróleo y construir grandes estructuras como bases petrolíferas. Gajjar no pone límites y contempla la posibilidad de construir en el futuro "ciudades o estructuras submarinas con finalidades científicas". "El futuro de la humanidad reside en los océanos", sentencia.

Recientemente, Gajjar ha visitado la sede de la US Navy en Washington para mostrar sus últimos avances y la entidad se ha mostrado impresionada con el dispositivo, según afirma el científico. La entidad define la mano robótica como algo "revolucionario" de cara la investigación submarina.Además, la NOOA -Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, por sus siglas en inglés- también tiene reuniones periódicas con Gajjar para valorar el desarrollo de la mano robótica. Esta entidad -conocida como la NASA de los océanos- asegura que el dispositivo sería "de inmensa ayuda" para investigar la vida submarina.

http://www.elmundo.es/

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