21 febrero 2015

Operación Paukenschlag

Poco después de las 2:00 de la mañana del lunes, 19 de enero de 1942, un remezón sacó de la cama a Gibb Gray de quince años. Los muebles ventanas y adornos fueron sacudidos y los libros cayeron de los estantes mientras un rugido atronador hizo vibrar los vidrios y las paredes de las casas en la aldea en las afueras de Avon. Sorprendido y preocupado, el padre de Gibb se asomó por las ventanas del lado este de la casa y miró hacia el océano.
"¡Hay un incendio afuera!", gritó a su familia.
Claramente visible en el horizonte, estallaba una gran bola de fuego naranja. Una imponente columna de humo negro oscureció las estrellas y el cielo nocturno.
A sólo siete millas de distancia, un submarino alemán había torpedeado al carguero estadounidense de 337 metros de largo, City of Atlanta, el barco se hundió y murieron a todos menos tres de los 47 marinos a bordo. El mismo submarino atacó a dos buques más apenas unas horas más tarde.
Menos de seis semanas después del bombardeo japonés a Pearl Harbor, las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial habían llegado a la costa este de Estados Unidos en Carolina del Norte. Esta no era la primera vez que submarinos alemanes habían llegado a las aguas de Estados Unidos. Durante la Primera Guerra Mundial, tres submarinos hundieron diez buques frente a las costas de Tar Heel en lo que se consideró como una manifestación del poder naval alemán. Pero en 1942, los submarinos se habían convertido en más grandes, más rápidos y más mortales. Su presencia en aguas estadounidenses no fue pensada como "demostración" sino para ayudar a Alemania a ganar la Segunda Guerra Mundial.
El nombre abreviado de "Boot" viene de la palabra alemana "unterseeboot", que significa barco submarino o simplemente submarino. Sin embargo, los submarinos no eran verdaderos submarinos. Eran naves de guerra que pasaban la mayor parte del tiempo en la superficie. Podían sumergirse sólo por períodos limitados, sobre todo para atacar o evadir la detección de las naves enemigas y para evitar el mal tiempo.
Los submarinos podían viajar sólo unas sesenta millas bajo el agua antes de salir a la superficie a tomar aire fresco. A menudo atacaron barcos en la superficie utilizando sus cañones de cubierta. Normalmente, cerca de 50 hombres tripulaban un submarino. Llevaban quince torpedos que tenían hasta 6,7 metros de largo y podían viajar a treinta millas por hora. Los expertos han descrito a los submarinos alemanes como uno de los buques de guerra más eficaces y marineros jamás diseñados.
Dentro de las horas del ataque submarino cerca de Avon, los restos del naufragio y el petróleo derramado comenzaron a llegar a las playas. La escena parecía repetirse constantemente. En los siguientes seis meses, a lo largo de la costa este y el Golfo de México, por lo menos sesenta y cinco diferentes U-boots alemanes atacaron a barcos mercantes estadounidenses y británicos que llevaban suministros vitales para los aliados en Europa — cargas de petróleo, gasolina, verduras crudas y productos cítricos, madera y acero, de aluminio para la construcción de aviones, el caucho para neumáticos y algodón para la ropa. En julio de 1942, 397 buques fueron hundidos o dañados. Más de 5.000 personas murieron.
La mayor concentración de ataques submarinos ocurrió en las costas de Carolina del Norte, donde decenas de barcos pasaban diariamente. Muchas naves fueron atacadas, en el tiempo, las aguas cerca de Cabo Hatteras ganaron el apodo: "Torpedo Junction". Los militares estadounidenses y las autoridades gubernamentales no querían que la gente se preocupara, así es que las noticias e informes de submarinos enemigos cerca de la costa fueron clasificados, o retenidos al público por razones de seguridad nacional. Durante muchos años, la mayoría no tenía idea de lo mal que estaban las cosas realmente. Pero sabían que las familias que viven en las costas — estaban prácticamente espectando la guerra.
"Escuchamos esas explosiones a cualquier hora del día o de la noche que hacían temblar las casas y a veces romper las paredes," recuerda Blanche Jolliff, de la villa de Ocracoke. Aunque las naves estaban siendo torpedeadas por U-boots enemigos casi todos los días, apenas a unos kilómetros de sus casas, los residentes costeros no tuvieron elección sino vivir tan normalmente como fuera posible.
"Nos acostumbramos a escucharlos," dijo Gibb Gray. "Las explosiones ocurrían principalmente en la distancia, así que no estábamos muy asustados. Recuerdo que estábamos caminando a la escuela un día, y toda la tierra tembló. Miramos hacia el océano, más allá del faro de Cabo Hatteras, y había otra enorme nube de humo. Ese fue el petrolero, Dixie Arrow".
Algunos residentes estaban más cerca de la guerra que lo que hubieran querido. Un día, el adolescente Charles Stowe, de Hatteras y su padre se dirigían mar afuera a bordo de su barco de pesca, cuando casi los embistió un submarino que emergía a la superficie directamente delante de ellos. La vista del anciano Stowe no era muy buena. Le dijo a su hijo, que dirigía el barco, a seguir adelante — pensó que la nave que estaba delante de ellos era un barco de pesca.
"Dijo, ‘Papá, es un submarino Alemán’ y seguro que lo era" – recordó Stowe – "Finalmente me escuchó, y nos dimos la vuelta y salió de allí justo a tiempo".
La guerra recortó un pasatiempo favorito de verano para los jóvenes. "Aquel verano tuvimos que dejar de nadar en el mar — estaba lleno de aceite, te cubría todo," la señora Ormond Fuller recordó el petróleo derramado por los petroleros torpedeados.
Gibb Gray también recordó el petróleo: "nos tropezamos con él antes de enterarnos lo que era y estábamos a quince  o veinte centímetros de profundidad. Teníamos que limpiar nuestros pies y piernas con trapos empapados en queroseno. Es difícil quitarse el petróleo". Se estima que 150 millones de galones de petróleo fueron derramados en el mar y en las playas a lo largo de la costa durante 1942.
Algunos residentes locales pensaron que los alemanes podrían tratar de bajar a tierra. Otros sospechaban que los extranjeros eran espías del enemigo.
"Teníamos miedo a la muerte. Cerramos nuestras puertas en la noche por primera vez," dijo Blanche Styron de Ocracoke. Calvin O’Neal recordado extraños con acentos inusuales que se alojaron en un hotel de Ocracoke durante la guerra dice: "el rumor era que eran espías y la hija del dueño del hotel y yo decidimos ser contraespías e intentamos seguirlos por los alrededores, pero nunca los atrapamos haciendo algo sospechoso".
En Buxton, Maude White fue empleada de correos de la aldea y una observadora secreta para la Armada de Estados Unidos. Fue responsable de observar las actividades inusuales y denunciarlas a la guardia costera local. En 1942 una pareja con acento alemán atrajo la atención por dibujos de mapas y por tomar notas sobre la isla. White sospechó de ellos, y con su hija, siguieron a la pareja a distancia — montando su pony de playa.
Después de ser reportados por White, los extranjeros fueron detenidos cuando cruzaron la entrada de Oregon en el ferry. Los registros no indican si los extranjeros fueron espías, pero la hija de White se convirtió en la inspiración de la heroína en libro del autor Nell Wise Wechter, "Taffy of Torpedo Junction".
Lento pero seguro, aumentó del patrullaje de la Marina y de los Guardacostas de Estados Unidos y de aviones del cuerpo aéreo del ejército que comenzaron a prevenir los ataques de los submarinos. Los dirigibles desde una estación en la ciudad de Elizabeth buscaron submarinos desde arriba, mientras que yates privados y veleros con radios fueron usados para patrullar y acosar a los buques de guerra alemanes. El ejército instaló centros de escucha para el seguimiento en lugares como Ocracoke para detectar el paso de los submarinos.
Muchas personas que vivían a lo largo de la costa durante la Segunda Guerra Mundial tenía que apagar sus luces por la noche y poner cintas negras en los faros de los automóviles, para que las luces en la costa no ayudaran a los alemanes a marcar su ruta en la oscuridad. Aún así, el gobierno no ordenó un apagón general hasta agosto de 1942. Para entonces, la mayoría de los ataques habían terminado.
El 14 de abril de 1942, el primer submarino alemán atacado por la marina en aguas estadounidenses fue hundido a dieciséis millas al sureste de Nags Head. En los siguientes meses, tres submarinos más fueron hundidos a lo largo de la costa de Carolina del Norte: uno por un bombardero del cuerpo aéreo del ejército de Estados Unidos, uno por una nave de patrulla de los guardacostas y otro por un destructor de la Marina. En total en Carolina del Norte fueron hundidos cuatro submarinos alemanes que es el mayor numero de hundimientos en todos los estados.
Para julio, el comando de submarinos de Alemania se desalentó. Envió sus naves restantes al Atlántico Norte y al Mediterráneo. Sin embargo, Alemania consideró sus ataques contra Estados Unidos un éxito, aunque no lograron ganar la guerra. Gerhard Weinberg, profesor de historia en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, llama a la zona de guerra frente a las costas de Estados Unidos en 1942 "la mayor derrota sufrida por la marina estadounidense."
Al pasar los años, la mayoría de las pruebas físicas de la Segunda Guerra Mundial sobre el paso de los U-Boot frente a las costas de Carolina del Norte han desaparecido. Los restos de al menos 60 naves, incontables torpedos sin explotar, cargas de profundidad y minas de contacto se encuentran sumergidos en las playas del estado. Incluso hoy en día, pequeños parches de arena ennegrecida ofrecen recordatorios de los derrames masivos de petróleo de 1942. En la isla de Ocracoke y en el Cabo Hatteras, cementerios contienen las tumbas de seis marineros británicos que perecieron en las aguas de Carolina del Norte.
A pesar de esas estadísticas, la mayoría de los estadounidenses no conocen nada de la época en que la guerra llegó tan cerca.


Fuente:  Operación Paukenschlag frente a las costas de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial — Blog de Exordio 


http://www.exordio.com/blog/operaciones/operacin-paukenschlag-frente-a-las-costas-de-estados-unidos-durante-la-segunda-guerra-mundial.html#axzz3SOe6k9dM

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