23 abril 2017

EN LA COSTA ATLÁNTICA ESTABAN LAS BASES DE SUBMARINOS.........

El golfo de Vizcaya fue un gran campo de batalla durante la 2a Guerra Mundial porque en la costa atlántica francesa se encontraban las principales bases de submarinos alemanes. En puertos como Brest, Sant Nazaire o La Rochelle se encontraban centenares de submarinos dedicados a cortar las líneas de suministro de Gran Bretaña.

Por eso la costa francesa fue bombardeada duramente y se intentó destruir estos puertos. Para que nos hagamos una idea del peligro que representaban los submarinos alemanes en diciembre de 1944 un transporte de tropas aliado, el Leopoldsville, fue torpedeado y 700 soldados norteamericanos murieron ahogados.
Desconozco si en Lapurdi también hubo presencia de submarinos alemanes pero es posible que sí porque algunos capitanes intentaban cruzar el Golfo de Vizcaya bordeando la costa cántabra para alejarse al máximo de los aviones ingleses. Estos aviones estaban equipados con radares avanzados y eran un gran peligro para unos submarinos que tenían que pasar la mayor parte del tiempo en superficie para disponer de aire para los motores diesel.
Desconozco si estos bombardeos tenían relación con la campaña contra la Kriegsmarine pero en cualquier caso estas bases de submarinos eran lo más estratégico que había en la zona para ambos bandos
La batalla del Atlántico es una historia épica llena de heroicidades y de tragedias. Fue un escenario clave de la 2a Guerra Mundial puesto que las conexiones marítimas entre América y Europa eran cruciales para el esfuerzo de guerra aliado. Sin los suministros de materiales, hombres y materias primas americanas nunca hubiera sido posible el desembarco de Normandía o los soviéticos no hubieran podido resistir tanto. Como dijo Roosevelt los EUA tenían que ser el arsenal de la democracia y ésto sólo era posible si los mercantes aliados podían cruzar el Atlántico. Para que nos demos cuenta de la importancia de aquella batalla recordar que Churchill dijo que la única cosa que le quitaba el sueño durante la 2a Guerra Mundial era la amenaza de los submarinos alemanes. Churchill sabía perfectamente lo vitales que eran las rutas marítimas para su país.
Los estrategas alemanes más avispados se dieron cuenta al principio de la guerra de que la flota de superficie alemana nunca podría desafiar la Royal Navy. No sólo tenían menos acorazados que los británicos sino que además no disponían de portaaviones. Los británicos en cambio estaban construyendo simultáneamente los nuevos acorazados de la clase King George V y los portaaviones de la clase Illustrious. Así que a los alemanes no les quedaba otro remedio que apostar por los submarinos para disputar el Atlántico a los británicos. El almirante Dönitz, el cerebro de los submarinos alemanes, ya lo había entendido y pedía más recursos para los submarinos. Pero los planificadores alemanes decidieron satisfacer a los oficiales de la marina de superficie que pedían más cruceros y acorazados. A la larga se vería que Dönitz tenía razón ya que los acorazados alemanes jugaron un papel muy secundario durante la guerra. El famoso Bismarck por ejemplo no sobrevivió a su primera incursión en el Atlántico. Fue hundido después de diversos combates con la Royal Navy sin haber podido hundir ni un solo mercante británico. Dönitz era un veterano de los submarinos alemanes de la 1a Guerra Mundial y creía que con 200 submarinos operativos se podría obligar a los británicos a pedir la paz. Pero en 1939 los alemanes disponían solamente de unos 40 submarinos operativos. Además muchos de éstos eran del tipo II, unos submarinos pequeños más aptos para entrenar tripulaciones que para la guerra en alta mar. A la larga los submarinos del tipo II fueron enviados al mar Negro dónde su pequeño tamaño y su limitado radio de acción no eran un gran problema. Allí operaron contra los soviéticos.
Por fortuna de todo el mundo la tozudez de los almirantes alemanes impidió que Dönitz dispusiera de los submarinos necesarios para derrotar Gran Bretaña.
En 1939 el acorazado de bolsillo alemán Graf Spee fue hundido delante del puerto de Montevideo por su tripulación después de haber quedado gravemente dañado en un combate contra cruceros británicos. Era una primera indicación de que la flota de superficie alemana tendría muchos problemas. En cambio el mismo 1939 el submarino U47 penetró en la base británica de Scapa Flow y hundió con torpedos el acorazado Royal Oak. El U47 consiguió volver a su base y su tripulación fue condecorada. También aquel año el portaaviones HMS Courageous fue hundido por el submarino U29. Así que con estos éxitos quedaba probada la efectividad de los submarinos contra la Royal Navy y las ideas de Dönitz se veían reivindicadas. A partir de 1939 los esfuerzos marítimos alemanes se concentraron cada vez más en la flota submarina.
La guerra submarina alemana se puede dividir a grandes rasgos en 3 períodos de la 2a Guerra Mundial:
1939-1940: INICIO DE LAS HOSTILIDADES
En este período los U-Boote gozaban de muchas ventajas tecnológicas. Los británicos carecían de suficientes buques de escolta y no tenían aviones antisubmarinos. Además no eran capaces de decodificar la máquina Enigma de los alemanes. Las desventajas principales de los U-Boote era su pequeño número (los planes de construcción de submarinos apenas habían empezado) y la carencia de buenas bases para llegar a las zonas de caza. Saliendo de los puertos del norte de Alemania los submarinos tenían que cruzar el mar del Norte y perdían mucho combustible para llegar al norte de Irlanda. El mar del Norte era una zona peligrosa para ellos pues tiene poca profundidad y les resultaba más difícil allí huir del sónar británico. Lo peor de todo para ellos era que los torpedos fallaban cada dos por tres porque no habían sido probados suficientemente. Cuando Alemania invade Noruega en abril de 1940 los U-Boote navegaron hacia allí para dificultar una intervención de la Royal Navy. Los capitanes alemanes se desesperaron al ver que sus torpedos no estallaban o estallaban demasiado tarde. Se investigó el tema y se vio que las espoletas de los torpedos eran defectuosas y se tenía que cambiarlas.
Uno de los hechos más dramáticos de este período se dio en julio de 1940 cuando el SS Arandora Star fue hundido por el U47. Este buque de pasajeros llevaba centenares de ciudadanos italianos y alemanes que habían sido detenidos por las autoridades británicas. Se les estaba transportando a campos de prisioneros de Canadá. En pocas horas murieron unas 800 personas.
1940-1942: ÉPOCA FELIZ PARA LOS U-BOOTE
A partir del verano de 1940 los U-Boote empiezan a gozar de las bases de la costa atlántica francesa. Siguen manteniendo sus ventajas tecnológicas y cada vez hay más U-Boote operando en el Atlántico. Dönitz lleva a la práctica su teoría de las manadas de lobos. Si un U-Boot detecta un convoy no lo ataca en solitario sino que se mantiene al acecho e informa por radio de las características del convoy. Desde Francia se decide cuantos U-Boote deben dirigirse hacia allí para atacar el convoy. Al cabo de unos días el convoy es atacado por varios submarinos a la vez y las escoltas no pueden con todos. Esta táctica requería gran cantidad de comunicaciones por radio y aquí se encontraba su talón de Aquiles. Si los británicos conseguían descifrar la máquina Enigma podrían saber día a día la posición de los U-Boote. Pero mientras los criptoanalistas británicos no conseguían leer Enigma esta táctica era muy efectiva. En octubre de 1940 el convoy SC-7 fue atacado por una manada de lobos y 20 de sus 30 buques fueron hundidos. No se perdió ni un solo U-Boot.
En 1942 se produjo el pico de hundimientos de mercantes en el Atlántico. No sólo había muchos U-Boote operando sino que éstos disponían de más presas que nunca después de que Alemania declarara la guerra a los EUA. Dönitz mandó algunos U-Boote al Caribe para atacar a los petroleros que salían de Texas o de Venezuela. Con lo cuál estas tripulaciones pudieron olvidarse por un tiempo del duro clima del Atlántico Norte y gozar del clima caribeño. Además en febrero de 1942 se empezó a usar una nueva máquina Enigma y los británicos no pudieron descifrarla hasta diciembre de 1942. En cualquier caso los U-Boote no pudieron impedir los desembarcos aliados en el norte de África de otoño de 1942 (Operación Torch).
Quizás el hecho más trágico de este periodo fue el hundimiento del SS City of Benares. Este buque británico se dirigía a Canadá cuando fue torpedeado por el U48. Entre sus pasajeros se encontraba un grupo de niños que estaban siendo evacuados de Gran Bretaña. La idea era alejar a los niños de la guerra mandándoles a vivir con familias canadienses. 77 de los 90 niños murieron ahogados.
1943-1945: DESTRUCCIÓN DE LA FLOTA SUBMARINA ALEMANA
En 1943 se notó claramente los efectos de la entrada en la guerra de los EUA. Cada vez había más destructores protegiendo los convoyes y aviones como el B-24 Liberator patrullaban desde el cielo. Pero el avance tecnológico que derrotó los U-Boote fue un radar desarrollado por los británicos y fabricado en masa por los yanquis. El radar centimétrico tenía mucha más precisión que los radares anteriores. Teóricamente incluso podía detectar un periscopio. Teniendo en cuenta que la costumbre de los U-Boote era atacar en superficie de noche para aprovechar la mayor potencia de sus motores diesel era evidente que el radar les negaba cualquier posibilidad de sorpresa. El cazador pasaba a ser la presa. En 1943 las pérdidas de U-Boote se dispararon. Con los hidroaviones británicos Sunderland equipados con radar patrullando el golfo de Vizcaya cada vez más U-Boote eran hundidos en su tránsito por esta zona. Y cada vez sus tripulaciones eran más novatas pues no tenían tiempo de coger experiencia. Dönitz reaccionó acelerando el diseño de nuevos tipos de U-Boote y equipando a los existentes con el esnórquel. El esnórquel era un invento holandés que permitía funcionar los diesels sin tener que salir a superficie. También se incrementó el armamento antiaéreo de los U-Boote. Los nuevos tipos de U-Boote diseñados eran una maravilla de la técnica, muy rápidos y con una gran autonomía bajo el agua, pero afortunadamente llegaron demasiado tarde para influenciar el desarrollo de la guerra. Los primeros del tipo XXI entraron en operación en 1945. Cuando los aliados ocuparon Alemania se llevaron los nuevos U-Boote a sus países para aprender de los alemanes.
La factura que dejó la Batalla del Atlántico fue terrible. Unos 30.000 tripulantes de los submarinos alemanes y unos 35.000 marineros mercantes aliados murieron. Alemania perdió unos 700 U-Boote. Nunca jamás un país ha tenido una flota submarina tan grande como la de la Alemania nazi.
Señor Negro

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