27 agosto 2017

POR FIN DESCUBREN QUE MATÓ A LOS OCHO TRIPULANTES DEL HL HUNLEY CONFEDERADO

Por fin descubren que mató a los ocho tripulantes de este submarino confederado
El H. L. Hunley fue un submarino utilizado por los confederados durante la guerra de secesión, y que ha pasado a la historia por dos motivos. Por ser el primer sumergible que hundió a un barco enemigo en combate, y por la extraña y misteriosa muerte de toda su tripulación.
En 1864, el Hunley se dispuso a hundir frente a las costas de Charleston a un buque nordista llamado Housatonic. El sumergible confederado solo necesitó un torpedo para enviar su objetivo al fondo del mar. El barco se hundió en pocos minutos, y en el naufragio perecieron cinco personas. Lo que nadie se esperaba es que también falleciese toda la tripulación del submarino.
Tras aquel ataque no se volvió a saber nada del Hunley, que desapareció misteriosamente hasta que, en 1995, aparecieron sus retos sumergidos. En el interior se encontraban los esqueletos de su ocho tripulantes. Los análisis realizados no revelaron huesos rotos ni heridas de ningún tipo. La primera hipótesis fue pensar que los marineros murieron ahogados o por falta de oxígeno. Pero la estructura del sumergible estaba intacta y no había restos que revelaran que hubiera entrado agua en el interior de la nave. Entonces, ¿que fue lo que les mató?
La respuesta la ha encontrado Rachel Lance, una ingeniera que lleva años estudiando los traumas causados por ondas expansivas submarinas. Y, según su estudio, los tripulantes del Hunley murieron a causa de la onda expansiva provocada por la explosión de su propio torpedo, que habrían afectado tanto a sus pulmones como a su cerebro, provocando una muerte instantánea.
Hay que tener en cuenta que el blindaje de aquellos primitivos submarinos era muy frágil, y que las ondas podían atravesarlo con mucha facilidad. El único problema para probar esta hipótesis de forma tajante, es que ese tipo de traumas no dejan huella en los huesos de las personas, solo en los tejidos blandos, y estos ya no existen.

Vicente Fernández para QUO

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